martes, 10 de febrero de 2009

BREVE HISTORIA DEL PAN

A lo largo de los siglos, el pan ha sido siempre un símbolo de la vida y de subsistencia; es un producto universal que se elabora en prácticamente todas las regiones del planeta.
Alimento insustituible, fruto del trabajo de la tierra y componente básico de la dieta de gran parte de la humanidad, el pan es el reflejo de la civilización a la que pertenecemos.
La utilización alimentaria de los cereales por parte del hombre se remonta a la más remota antigüedad, cuando estos productos de la tierra se consumían tanto crudos como tostados o cocidos en forma de gachas.
La invención de la piedra de molturar, que hizo posible la obtención de las primeras harinas gruesas, supuso un paso importante en la evolución de las costumbres alimentarias del hombre.
Las primeras referencias escritas sobre el pan datan de unos tres mil años antes de nuestra era, si bien el arte de la panificación es aún más antiguo. El pan de aquella época consistía en gruesas tortas de pasta cocidas entre dos capas de cenizas calientes.
Ni los científicos ni los arqueólogos han conseguido fijar la fecha en que se descubrió la levadura natural. Es probable que se tratara de una casualidad: una masa de harina y agua olvidada en un rincón caldeado y oscuro fermentó, aumentó de tamaño y adquirió un gusto ácido. Al salir del horno se había convertido en un pan más blando, ligero y apetecible que los demás.
Es bastante probable que fueran los egipcios quienes "inventaran" el auténtico pan, es decir, el de masa fermentada naturalmente y cocida en un horno, y no sobre piedras calientes. Y a partir de ellos, el pan sometido a fermentación se extendió rápidamente por todas las regiones de Oriente Próximo.
El pan ázimo, no fermentado, se vinculó desde aquel entonces a la celebración de ceremonias religiosas.
Los griegos que habían aprendido a elaborar pan en el curso de sus viajes, enseguida mejoraron las técnicas de la panificación y diversificaron los productos, llegando a elaborar hasta setenta y dos tipos de panes distintos, cuyos nombres hacían referencia a su forma, tipo de cereal empleado, ingredientes o procedimientos de cocción.
Fueron los romanos quienes empezaron a moler el cereal con piedras giratorias. Desde entonces empezaron a proliferar los hornos públicos y los panaderos llegaron a unirse en una primera forma de asociación, denominada en la época "corporación de pistori" (panaderos).
En la Edad Media la panadería era ya una profesión. Fue en la época de Carlomagno, en el siglo VIII, cuando aparecieron los primeros edictos relativos a la reglamentación de los productos de panadería.
Se puede decir que ya en el siglo XVII se comía un pan parecido al pan actual, aunque tendrían que pasar aún dos siglos para que este producto adquiriera la forma y la textura que conocemos en nuestros días.
Dependiendo de los lugares geográficos y de las diversas civilizaciones, los ingredientes y los procedimientos de cocción presentan marcadas diferencias. Por ejemplo, existen panes de trigo, de centeno, de soja, de maíz, de molde, cocidos en horno, fritos en aceite o cocinados al vapor, tal como se hace, por ejemplo, en China.
En centroeuropa y en los países escandinavos, los panes se elaboran a base de centeno mezclado con trigo y son enriquecidos con amapola y comino. En la cuenca mediterránea, en cambio, los panes suelen ser de miga compacta y muy blanca, y a menudo perfumados al aceite de oliva. Por último, en el mundo anglosajón predomina el pan de molde, mientras que los americanos adoran los panes de maíz de característica coloración amarillenta. Sea cual sea la variedad, cada país tiene su pan.
  • Extraído del libro "Panes y Bollería" de Claude Parmentelat.

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